Folia Canonica 7. (2004)

STUDIES - Antonio Viana: Estructuras personales y colegiales de gobierno. Con referencia especial al problema de la movilidad humana y de la diáspora de los católicos orientales

ESTRUCTURAS PERSONALES Y COLEGIALES DE GOBIERNO 29 inmigrantes; o también descendientes de inmigrantes, pues se dan casos en Euro­pa y América de fieles orientales perfectamente arraigados ya en el pais que aco- giô asus antepasados, y que sin embargo siguen perteneciendo a lalglesiaswz iu­ris de aquéllos. Dependiendo del número de generaciones y del arraigo cultural que tengan en el pais de acogida, esos fieles orientales no siempre deberán ser tratados según las previsiones del derecho especial sobre la cura pastoral de los emigrantes, del que más adelante trataré, sino según las previsiones ordinarias del CCEO, incluidas las normas sobre atención de los fieles fuera dei territorio de la Iglesia patriarcal58 59. De este modo podriamos distinguir un derecho común y un derecho especial que confluyen respecto de los fieles orientales en la diáspora. El 2. V. 1995 Juan Pablo II publicó la carta apostólica Orientale Lumen59. En la parte final de este documento (n. 26) el Papa alude expresamente «a los territorios de la diáspora, donde viven en un ámbito de mayoria latina muchos fieles de las Iglesias orientales que han abandonado sus tierras de origen», tanto orientales ca- tôlicos como también fieles de las Iglesias ortodoxas. Esa convivencia en el seno de sociedades pluralistas es ocasión para la colaboración mutua. En particular, Juan Pablo II recomienda a los ordinarios latinos de esos paises «la atención pasto­ral a los fieles de las Iglesias orientales catôlicas, sobre todo cuando se hallan pri- vados de jerarquia propia», al tiempo que invita a los jerarcas y clero oriental catô- lico a colaborar con los ordinarios latinos en el ámbito pastoral. Además, el Papa subraya lanecesidad de que alli donde no haya sacerdotes orientales para asistir a los fieles de las Iglesias orientales catôlicas, los ordinarios latinos promuevan en estos fieles la conciencia y el conocimiento de su propia tradíción. A lo largo de los últimos anos, con ocasión de la preparación y celebración del gran Jubileo del ano 2000 en toda la Iglesia, se han celebrado sinodos para cada uno de los cinco continentes. Estos sinodos internacionales y continentales han sido acompanados por las correspondientes exhortaciones apostólicas de Juan Pablo II. Pues bien, el problema de la diáspora oriental ha estado presente tam­bién en casi todas estas exhortaciones pontificias, al menos en cuanto problema social migratorio. Recordemos brevemente algunos aspectos de aquéllos docu­mentes postsinodales del Santo Padre, así como la doctrina contenida en la re- ciente exhortación Pastores Gregis, ya citada60. 58 Como expresa Fürst, no siempre es plena la equivalencia entre catolicismo oriental e in- migración: «...und andererseits haben wir es gerade in Europa und Nordamerika keineswegs immer nur mit “migrantes” zu tun, sondern auch in nicht geringem Maße mit national längst naturalisierten Gläubigen katholischer Ostkirchen, die also von der genannten Instruktion [De pastorali migratorum cura, 1969] gar nicht erfaßt sind»: FÜRST, Die Bedeutung (nt. 14), 363. Cfr también las observaciones de ThÉriault, Canonical questions (nt. 50), 201. 59 Vide/MS, 87 (1995), 745-774. 60 Aprovecho esta nota para dar las referencias de los documentos de Juan Pablo II que se- rán citados en el texto principal : Ecclesia in Africa, en AAS, 88(1996), 5-82; Ecclesia inAme-

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