Enriqueta Vento Mir – Pierre Guerin koord.: Early Farmers in Europe - A korai földművelők Európában (1999)
Josep Casabó Bemad, Pere Guillem Calatayud, Rafael Martínez Valle, Jose Luis Simón García,Enriqueta Vento Mir: Neolithic man in the valencia region
animales (cabra, oveja) y vegetales (cebada) desconocidas y nuevas ideas. Bajo la óptica de estas sociedades productoras de alimentos, algunas especies animales que para los cazadores recolectores eran fuente de alimentación o podían contribuir a la obtención de alimentos, se convierten ahora en enemigos irreconciliables porque puedían devorar sus cosechas o atacar sus rebaños. Entre el 7.500 y el 7.000 antes del presente, en las cercanías de las cavidades donde habitaron sociedades productoras de alimentos, como es el caso de la Cova de les Cendres, las laderas de las montañas empezaron a perder suelo como resultado del cambio registrado en la vegetación. La misma presión antrópica (roturación de tierras, talas, pastoreo, incendios...) redujo la dimensión del bosque e incrementó las extensiones herbáceas. La pérdida de la cubierta vegetal que fija el suelo, provocó el incremento de la erosión, acelerado por el carácter pronunciado de las pendientes de nuestras montañas. Por otra parte, la recuperación del bosque mediterráneo más lenta que la registrada en bosques de latitudes más septentrionales y húmedas convirtió los espacios degradados en matorrales colonizados por especies oportunistas como el pino blanco. La misma presión humana, que alteró el paisaje del entorno de las cavidades, acabó modificando la vegetación y provocó cambios en la fauna. Las especies relacionadas con formaciones boscosas como el Ratón de bosque empezaron a ser sustituidas por aquellas que of food, or could help to get food, now became irreconcilable enemies, because they might devour their crops or attack their flocks. Between 7,500 and 7,000 years ago, in the areas immediately surrounding the caves where the food producing societies lived, as in the case of Cova de les Cendres, the sides of the mountains began to shed soil as a result of the change registered in the vegetation. The same anthropological pressure (tilling the land, tree felling, grazing, burning...) reduced the size of the forest and increased herbaceous growth. The loss of vegetation coverage that secures the soil caused an increase in erosion, accelerated by the pronounced nature of our mountains' slopes. On the other hand, the recovery of the Mediterranean woodland , though slower than in more northerly and wetter latitudes, transformed impoverished areas into scrubland colonized by opportunistic species such as the white pine. The same human pressure which altered the landscape around the caves gradually modified the vegetation and caused changes in the fauna. Species related to forest formations like the woodmouse began to be replaced by those that occupy open spaces and need deep soil in order to dig their burrows, such as the Mediterranean Mole. This trend was interrupted approximately 6,500 years ago. Paleo-ecological analyses shoiv that at this time, there was a clear expansion of the Mediterranean woodland, a process that 55