Bereczky Erzsébet (szerk.): Imre Madách: La Tragedia del Hombre. Ensayos sobre las di versas puestas en escena del drama (Budapest, 1987)

Dr. Ferenc Kerényi: Un poema dramatico húngaro para al teatro universal

sentaba en varios repartos paralelos, en los papeles principales actuaban los actores principales de siempre del teatro, independi­entemente de su edad (Lucifer seguía siendo encarnado por el actor del estreno, László Gyenes). Ya en 1923 Hevesi subrayaba la importancia del marco mítico, la lucha entre el Sénor y Lucifer por el Hombre. De ahí surgió la concepción de misterio que estuvo relacionada con dos factores de la época. Uno era la conversión del cristianismo en la ideología estatal de la Hungría de los altas veinte, lo que incluso en la acogida literaria de la Tragedia aumentó el número de los análisis religiosos de la misma. El otro era de índole teatral: la influencia de los montajes tipo misterios de Max Reinhardt en Salzburgo. En su puesta en escena de 1926 Hevesi utilizó - de nuevo con la colaboración del escenógrafo Gusztáv Oláh - aquel reconstruido escenario de misterios dividido en tres partes, en el que Otto Devrient interpretara el Fausto de Goethe en 1876. Las dos escalinatas que se alzaban a ambos lados estaban unidas en el fondo por un puente, las distintas épocas eran indicadas por fondos y elementos de decorados diferentes. No cabe duda de que esta forma escénica permitió una función continua, el movimiento de grandes multitudes, pudiendo evitar los largos intervalos entre las distintas escenas. También es indudable que en cierto sentido la Tragedia puede interpretarse como un misterio: comienza en el cielo, la fuente primaria de sus cuadros 1, II y XV la constituye la Biblia y su fin muestra rasgos trascendentales. Sólo hasta ese punto concibió Hevesi la Tragedia como un misterio, obra que tanto en su conjunto como en sus detalles se resiste a una daptación de filo­sofía de la religión. En la ciudad de Szeged al sur de Hungría, se planteó la posibilidad de crear un „Salzburgo húngaro”, un festival de teatro al aire libre, en la plaza del Duomo, teniendo como decorado de fondo arquitectónico la propia catedral. Esta plaza de la catedral o del Duomo, fue terminada en 1931. La idea del nuevo teatro fue planteada por el joven realizador, Ferenc Hont, quien había estudiado en Francia y en quien había influido fuerte­mente el teatro popular de Firmin Gémier. En base de lo dicho hasta aquí, quizás parezca comprensible el por qué se pronunció Hevesi en contra del montaje de la Tragedia en el escenario al aire 27

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