Folia Theologica et Canonica, Supplementum (2016)
Kinga Vadász, Preguntas y desafíos canónicos en relación con los movimientos eclesiales y nuevas comunidades
216 KINGA VADASZ conos, seminaristas, laicos, cónyuges, célibes, viudas, religiosos, consagrados en el Movimiento en forma contemplativa, apostólica o secular etc), se caracterizan por la diversidad de edad y diversa pertenencia socio-cultural. En el está involucrada la persona en su totalidad, en cuanto se entiende también un estilo de vida conforme al carisma, que en sí comporta compartir de los bienes y la vida fraterna, la sumisión común a la autoridad, dedicación a las obras apostólicas del Movimiento, y una apertura ecuménica”20. Él también considera que la denominación “eclesial” significa que los movimientos intentan a representar la Iglesia misma realizando la comunión de varias vocaciones. Están diseñados como un itinerario de fe y de testimonio cristiano que funda el propio método pedagógico en un carisma. ¿Qué podemos decir sobre configuración canónica de los movimientos ecle- siales y las norma que los regulan? Vemos que por la novedad y variedad que comportan, no hay una definición establecida para los movimientos eclesiales21. Algunos autores mantienen que la normativa actual sobre las asociaciones de fieles es suficientemente amplia para ser adaptada a estas realidades por este momento22. Otros, por ejemplo Beyer, Ghirlanda o Recchi abogan por un ”ley- cuadro” e incluso por un nuevo dicasterio para los movimientos y comunidades eclesiales23 porque según ellos la aprobación de los diferentes componentes en distintas formas juridicas daña la unidad del movimiento. No faltan autores quienes proponen el movimiento eclesial como nueva forma jurídica ya que las formas actuales no satisfactorias y no reflejan la naturaleza carismàtica de los movimientos24. La praxis actual, que según L. Navarro25 por ahora parece ser la más sabia, es que la mayoría de los movimientos y nuevas comunidades están 20 Ghirlanda, G., Movimenti ecclesiali e istituti di vita consacrata nella Chiesa e nella società di oggi, in Periodica 101 (2012) 8. 21 Incluso algunos, como G. Ghirlanda, distinguen entre movimientos eclesiales y nuevas comunidades. Sobre éstas dice que se trata de realidades nacidas de los movimientos eclesiales, que reúnen sacerdotes, hombres y mujeres, célibes y casados, de una forma de vida fraterna en común, de tipo apostólico o monástico o de tipo secular. Bajo ciertos aspectos se asemejan a la vida consagrada religiosa canónica, con una visibilidad pública dado incluso al hábito tradicional, o a la consagrada secular, de todas maneras, subrayando en modo particular la vida fraterna y la simplicidad, en general con una acentuada austeridad de vida. cfr. Ghirlanda, G., Movimenti ecclesiali e istituti di vita consacrata, 42. 22 Navarro, L., New ecclesiaI movements and charisms: canonical dimensions in Philippine Canonical Forms 4 (2002) 37-74. Martínez Sistach, Ll., Las asociaciones de fieles, Barcelona 1994.’ 135-136. De Paolis, V., Diritto dei fedeli di associarsi e la normativa che lo regola, in Fedeli-Ássociazioni-Movimenti (XXVIII Incontro di Studio “Villa Cagnola” - Gazzada [VAI 2 liglio 2001), Milano 2002. 127-162, en particular 137. Recchi, S., Per una configurazione canonica dei movimenti eclesìali, in Quaderni di Diritto Ecclesiale 11 (1998) 57-66, en particular 59. 23 Cfr. Beyer, J., “Istituti secolari e movimenti ecclesiali", 485. 24 Se trata de la perspectiva de una nueva figura canònica. Los movimientos eclesiales son diversos de los instituciones de vida consagrada pero tampoco se pueden reducir simplemente a las asociaciones de fieles. En el caso de los institutos de vida consagrada el legislador reconoció su propia validez jurídica, su fundamento no es el elemento asociativo sino la iniciativa del Espi-