Üzenet, 1941 (1. évfolyam, 1-6. szám)

1941-05-01 / 2. szám

plonaje, infiltrada hasta en los hogares mismos y, más todavía. diseminada por el őrbe como una cizana, con el fin de hacer im­­perar una doctrina renida con la naturaleza humana. Con rebus­­cados razonamientos ha levantado una bandera sangrienta, ba­­jo cuya sombra se ha cubierto cuanto crimen es dable imaginär, Su lucha se dirige a derribar los regímenes existentes e imponer al mundo un nuevo orden con la punta de la espada y la fcoca de sus canones, y hacerse temer como un dios. Que esta doctrina sea buena o mala, no nos toca juzgar pc” ahora, ni pretendemos. De cualquier modo, adolece de un defecto muy importante; la falta de humanización, o sea la inadaptación de la humanidad a un sistema que carece de las leyes naturales que para ella adop­­tó el Creador, que es su Dios. Recordamos la suerte de los dioses falsos que en los comien­­zos fueron adorados con exaltación; pero que luego los becerros fueron derribados y reducidos a polvo... Quienes en la vieja Europa no se adaptaron al nuevo orden de vivir en la opresiôn; quienes no desertaron a sus sentimien­­tos prof undos de libertad; volvieron sus ojos al continente ame­­ricano. Asi fué como varios paises de América, el nuestro entre ellos, cobijaron en su seno a quienes deseaban continuar una vi­da libre; y con ello nuestro pais no hace otra cosa sino que cum­­plir con la linea de conducta que se trazara en los comienzos de su vida libre. Porque Chile o es el asilo contra la opresiôn o sera la tumba de los libres. Que los pueblos florecen a la luz de la libertad, ya es cosa sabida. Sólo resta saber ejercer el buen uso de las libertades, den­­tro de los principîos humanisticos, para que los habitantes de un pueblo puedan labrar su porvenir y obtener el bienestar comûn. Que el extranjero que llegue a esta tierra vea en cada chi­­ieno a un semejante; que se despoje de la falsa idea tan en bo­ga principalmemte en Europa de que los habitantes de América somos “mestizos inferiores”; que los chilenos miremos al extran­jero residente como a un miembro de la hermandad humana; que se logre establecer un comûn y amplio entendimiento, y as! juntos, en licita, estrecha y fraternal cooperación, empunemos el cincel que ha de dar forma a la figura ideal que deseamos dar a Chile en los diversos aspectos de su cultura, cada cual en su eampo de acciôn y de acuerdo con las aptitudes que la natura­leza lo doté. De esta manera habremos dado un gran paso para forjarnos un aspecto de la doctrina que a nosotros nos convie­­ne para marchar en pos de la perfección cada vez más crecien­­te de las virtudes ciudadanas y de la perfección humana. Y si el energûmeno osara algûn dia con falsos halagos im~ ponernos su nueva doctrina, podamos rechazarlo virilmente: Alte ahi! Vade retro, Sátana! Tenemos otra... y MEJOR! Y mientras aquella poche transçurria la fiesta con todas sus 20

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