Folia Theologica et Canonica, Supplementum (2016)
Antonio Ma Rouco Varela, “Santa Teresa de Jesús: Doctora de la Iglesia para la Iglesia de hoy”
“SANTA TERESA DE JESÚS: DOCTORA DE LA IGLESIA PARA LA IGLESIA DE HOY” 35 Una proyección fácilmente comprensible, acertada y pastoralmente lúcida para cualquier observador serio, objetivo y responsable de lo que hoy está pasando con la doctrina de la fe y con la vida cristiana de sus hijos e hijas. 3. Tres grandes cuestiones se mantienen vivas en el marco interno de la vida de la Iglesia y en su relación con “el mundo”, ¡la sociedad actual!, y que laten incisiva e incesantemente en su interior al sentirse urgida a una nueva evange- lización: Dios, Jesucristo y la Iglesia. El problema de la fe en Dios, “ese rumor que nunca muere”, que Robert Spaemann ha calificado como “la pregunta de Dios y el engaño de la modernidad”9, es decir, su negación, o, lo que es lo mismo, el ateísmo, teórico y práctico dominante, ha sido considerado ya por el Concilio Vaticano II “entre los problemas más graves de esta época”10 *. Por otro lado, la necesidad de un reconocimiento inequívoco de “la unicidad y universalidad salvifica de Jesucristo y de la Iglesia” ha sido recordada oportuna y providencialmente como grave y urgente por la Declaración “Dominus Iesus” de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 6 de agosto de 2000, Año del Gran Jubileo, ratificada previamente por el Sumo Pontífice san Juan Pablo II en la Audiencia del 16 de junio de ese mismo año. Gravedad y urgencia que se desprenden de cualquier diagnóstico apropiado y sincero que se haga de lo que está pasando con la plena profesión de fe en el Misterio de Cristo tanto en el plano del pensamiento teológico como en el del contexto de la configuración del día a día eclesial en la práctica de la vida cristiana. En ambos y decisivos campos -el de la doctrina y de la vida- siguen inquietantes las preguntas por la verdad íntegra de la persona y de la obra de Jesucristo, nuestro único Salvador y, consecuentemente, persistentes en el interior de la Iglesia las dificultades y retos que se desprenden del diálogo interconfesional e interreligioso y, sobre todo, del trato pastoral con el mundo intelectual y cultural de “los no creyentes”". 4. La vida de santa Teresa de Jesús fue una vida escondida en Dios, empapada e impregnada de Dios, de Dios Creador y Redentor, en una dirección siempre ascendente, que se inició en los primeros años de su vida como una hija de padres cristianos en la vieja y piadosa ciudad castellana de Avila, un año antes de que el que iba a ser Emperador Carlos accediese al trono de los Reinos de Castilla y de Aragón en 1516, muerto su abuelo el Rey Fernando el Católico. Crece, pues, en una España que comenzaba a formarse como lo que se ha 11a9 Spaemann, R., Das msterbliche Gerücht. Die Frage nach Gott und die Tauschung der Moderne. Stuttgart 2007. Véase también Lütz, M., Goti. Fine Ideine Geschichte des Grössten, München 2007. Martin Heidegger, el filósofo del intelectualmente más autosuficiente existencialismo, tenía que reconocer al final de su vida en 1976: “Nur Gott kann uns noch retten”: “Sólo Dios puede todavía salvarnos”. Conc. Vaticano II, Constitución pastoral Gaudium et Spes, 19. " Cfr. Guardini, R., Vom Leben des Glaubens, Kevelaer 2009.' No en vano anunciaba Benedicto XVI un Año de la fe por la Carta Apostólica Porta fidei de I 1 de octubre de 2011.