Bereczky Erzsébet (szerk.): Imre Madách: La Tragedia del Hombre. Ensayos sobre las di versas puestas en escena del drama (Budapest, 1987)

Dr. Ferenc Kerényi: Un poema dramatico húngaro para al teatro universal

filósofo alemán Friedrich Hegel, según la cual la lucha de contra­rios engendra una calidad nueva, superior. Adán, que en suénos recorre la historia de la humanidad, se encuentra en cada época con ideales nuevos, radicales, que luego se convierten en su antí­tesis y se convierten en el punto de partida ideológico de una nu­eva época histórica. Pero todo ello no resulta didáctico ni aburri­do, ya que la historia no aparece ante nosotros con precisión filo­lógica, sino como tema de las visiones de Adán. El recorrido de las ideas a través de épocas históricas en el sueño de Adán abarca del cuadro IV al XIV, mientras que los cuadros I, II, III y XV le sirven de marco mitico a la obra. Este marco no es solamente una ficción dramatúrgica o una paráfrasis de la Biblia, sino una exposición llena de conflictos, la batalla entre Dios y Lucifer por el compo­nente más valioso del mundo creado: el hombre. Madách manejó las conocidas historias bíblicas con mucha libertad, casi como si fueran materia prima poética, para poder mantener esta lucha - como auténtico conflicto dramático — abierta hasta el cuadro XV. En esto se diferencia la obra de Madách de todos sus modelos anteriores, así también del prólogo celestial del Fausto de Goethe. Pero Madách tuvo que sobrepasar la confrontación tradicional ro­mántica entre el Bien y el Mal para que la visión multifacética de su obra no se limitara únicamente a un planteamiento ético. De tal modo el enfrentamiento entre el Señor y Lucifer no puede inter­pretarse estáticamente, no se trata aquí sólo del conflicto de la teo­logía, del comienzo del antagonismo entre civitas dei y civitas diaboli, ni tampoco es el conflicto exclusivo de la filosofía, la lucha entre el idealismo y el materialismo. En el primer cuadro de la Tragedia a la tésis mecánica del orden tras la Creación se opone la antitesis de la negación racional: El Señor: Si, la gran obra está terminada, He aqui la máquina lanzada. El Creador puede descansar. Este universo, en el seno de los cielos bien asentado en su eje, millones de anos podrán verlo girar sin que falle uno solo de sus resortes. 12

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