Folia Theologica et Canonica, Supplementum (2016)
Antonio Ma Rouco Varela, “Santa Teresa de Jesús: Doctora de la Iglesia para la Iglesia de hoy”
“SANTA TERESA DE JESÚS: DOCTORA DE LA IGLESIA PARA LA IGLESIA DE HOY” 39 me vi mujer y ruin e imposibilitada de aprovechar en lo que yo quisiera en el ser servicio del Señor, y toda mi ansia era, y aún es, que pues tiene tantos enemigos y tan pocos amigos, que ésos fuesen buenos, determiné a hacer eso poquito que era en mí, que es seguir los consejos evangélicos con toda la perfección que yo pudiese y procurar que estas poquitas que están aquí hiciesen lo mismo (...) y que todas ocupadas en oración por los que son defensores de la Iglesia y predicadores y letrados que la defienden, ayudásemos en lo que pudiésemos a este Señor mío, que tan apretado le traen a los que ha hecho tanto bien, que parece le querrían tornar ahora a la Cruz estos traidores y que no tuviese adonde reclinar la cabeza (...) ¿Qué es esto ahora de los cristianos? ¿Siempre han de ser los que más os deben los que os fatiguen? (...) Estáse ardiendo el mundo, quieren tornar a sentenciar a Cristo, como dicen, pues le levantan mil testimonios, quieren poner su Iglesia por el suelo, ¿y hemos de gastar tiempo en cosas que por ventura, si Dios se las diese, tendríamos un alma menos en el cielo?” (Camino de perfección c.2, 2.3-4). La larga cita del texto teresiano, aunque deba de ser interpretado, naturalmente, a la luz de la doctrina eclesiológica y ecuménica del Concilio Vaticano II, ilumina muy nítidamente “el sitio en la vida” de la Iglesia y del mundo de los tiempos tormentosos en los que la Santa de Avila emprende con un alma de gigante espiritual su obra reformadora del Carmelo: reforma fecunda para toda la vida religiosa del período tridentino de la historia de la Iglesia y para la reforma católica de la Iglesia misma. ¿No nos ayuda también a nosotros, en la Iglesia del inicio del tercer milenio de la Era cristiana, a comprender mejor y más cristianamente “los signos de los tiempos”, “el sitio en la vida”, en el que nos encontramos? III. III. Conclusión La lectura de los grandes escritos de santa Teresa de Jesús -desde “el Libro de la vida”, “el Camino de perfección”, “el Castillo interior” hasta el libro de “las Fundaciones”-, si es una lectura atenta al contexto de la vida y de la obra de una de las más auténticas “reformadoras de la Iglesia”, ayudaría mucho y muy provechosamente a nuestros contemporáneos, bien en el interior de la Iglesia bien fuera de ella, que viven en un ambiente cultural y social tan secularizado, a acercarse más a Dios -más inteligentemente y cordialmente-, a abrir las puertas de su alma a Jesucristo, su verdadero y único fiable Salvador y a su amor misericordioso, y a comprender la verdad profunda de la Iglesia como aparece luminosamente en la enseñanza del Concilio Vaticano II: “La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” (Lumen gentium, 1).